El destino continúa castigando al Libertad. La humilde entidad de fútbol de zona oeste quedó desmantelada. “Nos llevaron todo, hasta el sello”, contó el presidente.
El destino continúa castigando al Libertad, un modesto club de fútbol de zona oeste (Riobamba 5950) que sufrió el cuarto robo en menos de un año y medio. Esta vez, saquearon sus humildes instalaciones y dejaron a más de 80 chicos y a los directivos con la obligación de empezar a equipar la entidad desde cero. “Nos llevaron todo, hasta el sello del club”, señaló Américo Fretes, el presidente de la institución, masticando bronca y apesadumbrado por la situación.
“Nos robaron los dos freezers, una cocina, garrafas, herramientas, cables, tenedores, platos, cuchillos y todas las pelotas. Y también 3 mil pesos que había dejado el tesorero para pagar una deuda ante la liga Ardyti”, de la que participa el club Libertad con 7 equipos. “Nos dejaron limpios”, exclamó Américo, entre lágrimas, a corazón abierto.
Fretes tiene 62 años y trabaja de portero en un edificio de calle Montevideo al 1700. Vive a cuatro cuadras del club y lleva su cargo a pulmón, sabe que debe convivir con la escasez de recursos y las necesidades permanentes, y que tiene que remar contra la corriente para que el club no desaparezca.
“Venía del trabajo, entré por la mañana y encontré el club hecho todo un desastre. Nosotros teníamos todo junto, lo del bufet y lo administrativo, para que esté más seguro bajo cuatro candados. Pensaba que así estaba más seguro, pero no fue así”, comenzó a relatar el presidente.
En esta ocasión, tampoco estaban los caseros y eso favoreció las tareas de los delincuentes. “Teníamos un matrimonio con dos criaturas que eran los caseros. Luego se separaron, se fue el muchacho y quedó al mujer. Pero como tenía la madre enferma, estaba en el hospital. Y le entraron a la casa de ella también, que está dentro del club. Le sacaron equipo de música, televisor, ropa, zapatllas, de todo”, se quejó.
Según Américo, los ladrones “reventaron los candados y a medida que vieron que no estaban los caseros en el lugar, trabajaron con tranquilidad durante toda la noche”. Curiosamente, a pesar del volumen de todo lo sustraído, “ningún vecino vio nada”. Y agregó que “deben haber venido con un camión porque me llevaron 14 cajones de envases vacíos, y varios cajones de cerveza y gaseosa llenos”.
Libertad tiene sólo 2 canchas de tierra, casi sin césped, dentro de su predio. Cuenta con 7 equipos con chicos de clase 2003 a 2009 que participan de la liga Ardyti. Es, probablemente, el club con menos posibilidades de la zona, pero es un mano abierta para aquellos que quieren acercarse al fútbol sin demasiadas pretensiones adicionales. “Nosotros no tenemos entrada de dinero. Para mantener el club hacemos torneos por la noche y alquilamos las canchas. Con eso pagamos la ropa para que juegen nuestros chicos”, apuntó Fretes.
Agarran todos. “Nosotros somos los más pobres de todos. En esta zona está el Infantil, el Evita, el Provincias Unidas, y ellos eligen chicos. Nosotros agarramos todos los que quedan afuera de los otros clubes”, recalcó.
“Todas las semanas tenemos que pagar 500 pesos para pagar el boletín de la liga, y muchas veces no llegamos. Tenemos que afrontar el seguros de los chicos, queríamos cobrar 30 pesos y ninguno podía pagar. Todo es muy difícil”, advirtió Américo.
Después de este último robo, el presidente estuvo a punto de largar todo. Pero recapacitó, pensó en la función social de su club y seguirá adelante. “Quería dejar todo pero los chicos me dijeron que no. Lo pensé bien, y no voy a bajar los brazos. Sobre todo por los chicos”.
“Nos robaron los dos freezers, una cocina, garrafas, herramientas, cables, tenedores, platos, cuchillos y todas las pelotas. Y también 3 mil pesos que había dejado el tesorero para pagar una deuda ante la liga Ardyti”, de la que participa el club Libertad con 7 equipos. “Nos dejaron limpios”, exclamó Américo, entre lágrimas, a corazón abierto.
Fretes tiene 62 años y trabaja de portero en un edificio de calle Montevideo al 1700. Vive a cuatro cuadras del club y lleva su cargo a pulmón, sabe que debe convivir con la escasez de recursos y las necesidades permanentes, y que tiene que remar contra la corriente para que el club no desaparezca.
“Venía del trabajo, entré por la mañana y encontré el club hecho todo un desastre. Nosotros teníamos todo junto, lo del bufet y lo administrativo, para que esté más seguro bajo cuatro candados. Pensaba que así estaba más seguro, pero no fue así”, comenzó a relatar el presidente.
En esta ocasión, tampoco estaban los caseros y eso favoreció las tareas de los delincuentes. “Teníamos un matrimonio con dos criaturas que eran los caseros. Luego se separaron, se fue el muchacho y quedó al mujer. Pero como tenía la madre enferma, estaba en el hospital. Y le entraron a la casa de ella también, que está dentro del club. Le sacaron equipo de música, televisor, ropa, zapatllas, de todo”, se quejó.
Según Américo, los ladrones “reventaron los candados y a medida que vieron que no estaban los caseros en el lugar, trabajaron con tranquilidad durante toda la noche”. Curiosamente, a pesar del volumen de todo lo sustraído, “ningún vecino vio nada”. Y agregó que “deben haber venido con un camión porque me llevaron 14 cajones de envases vacíos, y varios cajones de cerveza y gaseosa llenos”.
Libertad tiene sólo 2 canchas de tierra, casi sin césped, dentro de su predio. Cuenta con 7 equipos con chicos de clase 2003 a 2009 que participan de la liga Ardyti. Es, probablemente, el club con menos posibilidades de la zona, pero es un mano abierta para aquellos que quieren acercarse al fútbol sin demasiadas pretensiones adicionales. “Nosotros no tenemos entrada de dinero. Para mantener el club hacemos torneos por la noche y alquilamos las canchas. Con eso pagamos la ropa para que juegen nuestros chicos”, apuntó Fretes.
Agarran todos. “Nosotros somos los más pobres de todos. En esta zona está el Infantil, el Evita, el Provincias Unidas, y ellos eligen chicos. Nosotros agarramos todos los que quedan afuera de los otros clubes”, recalcó.
“Todas las semanas tenemos que pagar 500 pesos para pagar el boletín de la liga, y muchas veces no llegamos. Tenemos que afrontar el seguros de los chicos, queríamos cobrar 30 pesos y ninguno podía pagar. Todo es muy difícil”, advirtió Américo.
Después de este último robo, el presidente estuvo a punto de largar todo. Pero recapacitó, pensó en la función social de su club y seguirá adelante. “Quería dejar todo pero los chicos me dijeron que no. Lo pensé bien, y no voy a bajar los brazos. Sobre todo por los chicos”.
Se necesitan colaboraciones
Tras este robo, el club Libertad quedó expuesto con enormes carencias. El bufet, la parte administrativa y la habitación que utilizan la casera con sus hijos quedaron totalmente desmanteladas. Teniendo en cuenta este panorama desolador, enclavado en zona oeste (Riobamba y Solís), aquellos que puedan acercar colaboraciones o donaciones de cualquier tipo no duden en contactarse con Américo Fretes (156-441107).
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